Manuela Durán Rodríguez, vecina de calle Agua Dulce entre Flores y San Benigno, municipio del Cerro, escribe:

“(…) Desde diciembre de 2018 vivo en la esquina de Flores y Agua Dulce, ahí existe, casi de forma permanente, un basurero. No logro adaptarme a convivir con el paisaje de una enorme pila de basura.

Después de varias llamadas al puesto de mando de Comunales en el municipio de residencia, escalando al provincial, recogen la basura, sin embargo, Durán Rodríguez nota que:

-    “La indisciplina e impunidad de los vecinos y los establecimientos del entorno. Todos sacan escombros, basura, desechos de un agro, etcétera y nunca pasa nada.

-    “Vienen camiones y una pala enorme y recogen hasta dónde puede llegar el equipo, pero nunca consigue recogerlo todo, pues la pala, por su tamaño, no abarca toda la basura; además nunca vienen acompañados de la brigada de saneamiento, que es la que debe recoger con palas manuales lo que no logra el equipo grande.

-    “Otro tema es cuando el carro recoge la basura en la calle; este se limita a levantar los tanques, los vacía y todo lo demás se queda esparcido (…).

“La basura no solo es fealdad, es higiene, es la salud de todos la que se pone en juego, por tanto, tengo algunas preguntas:

-    “¿A quién le corresponde hacer cumplir lo que dice la ley y poner multas a los inconscientes que botan la basura donde le es más cómodo?

-    “¿Por qué no se logra organizar todas las brigadas y que el trabajo sea una acción completa que deje los lugares verdaderamente limpios?

“(…) Yo creo en el mejoramiento y de alguna manera hay que lograr una ciudad limpia y saludable para todos los que la vivimos”.