Yolanda Gudelia Valdés Lamí, residente en el municipio de Boyeros, escribe a la sección para relatar el traro recibido en el policlínico integral Salvador Allende.
“El 14 de agosto de 2018 a las 10:40 am acudí al policlínico ubicado en calle 3ra y Ronda, Reparto Althabana, con una orden médica para la realización de un EKG debido a que minutos antes había presentado síntomas de angina inestable y disnea de esfuerzo, acompañada de dolor precordial.
Me dirigí al departamento correspondiente, donde se me realizó el procedimiento establecido y se me preguntó el origen de la orden, siendo esto último objeto de incomprensión, por parte de la técnica responsable y la doctora, a quien ella se dirigió, ya que la orden no provenía del facultativo de guardia en el policlínico.
En este sentido, resulta oportuno transcribir las palabras que se me dijeron en ese momento: Pues ahora le llevas el EKG para que lo lea quien te lo ordenó y después coges un bicitaxi y vas para el Hospital Nacional.
El artículo 50 de la Constitución de la República de Cuba plantea que “Todos tienen derecho a que se atienda y proteja su salud”. El vocablo todos no hace distinción en relación con la procedencia de las órdenes médicas, entonces ¿debería importar el médico que emite la orden? Y de ser el caso, ¿es el mismo proceder si se trata de un paciente pre infartado? ¿No pudiera cambiarse al menos el tono y las palabras?
En igual correspondencia la Ley de Salud Pública, Ley No. 41, en su Artículo No.4 establece como base de la organización de la salud pública y la prestación de los servicios que a ella corresponde el reconocimiento y garantía del derecho a la salud de la población. Por lo tanto, me resulta incomprensible cómo es posible que la actuación de dos profesionales cubanos de la salud pueda ser la que experimenté.
Nuestro Comandante Fidel Castro Ruz desde su alegato de autodefensa conocido como La historia me absolverá, identificó el problema de la salud como uno de los principales que debían ser resueltos por la Revolución, lo cual se resolvió, sin embargo, me causa un profundo dolor que un logro tan importante y que demanda del país ingentes esfuerzos, se vea empañado hoy por actitudes como la antes referida.
(…) Mi aspiración con estas líneas, más allá de una queja formal, es llamar a la conciencia para que este tipo de actitudes no alcancen a otros ciudadanos que al igual que yo, buscan en el personal de salud una esperanza de mejoría, incluso de vida”.