El equipo de Camagüey se convirtió en el primer clasificado a la final de la 59 Serie Nacional de Béisbol, tras vencer en un sensacional partido a Industriales 3×2.

Los Leones salieron delante desde la misma primera entrada con jonrón de Frederich Cepeda por el jardín izquierdo, ante los envíos de un Yariel Rodríguez, que a pesar de ello lanzó un excelente juego.

La tropa de Rey Vicente Anglada sumó otra en la quinta entrada; donde también los Toros anotaron la primera por error en fildeo de Oscar Valdés, ante los envíos de Bryan Chi, que tuvo una de sus mejores aperturas de la campaña.

Sin embargo, en otra mala salida de Andy Rodríguez, que apenas falló en la temporada regular, los discípulos de Miguel Borroto aprovecharon e hicieron dos para irse arriba en el séptimo inning.

En el noveno Industriales amenazó, pero Alexander Ayala atrapó de forma espectacular una peligrosa línea de Wilfredo Aroche por tercera, ante los envíos del “cerrador” Lázaro Blanco, para clasificar a Camagüey por primera vez en décadas a la final de la pelota cubana.

Para los Azules las claves de la derrota fueron varias:

Las malas salidas de sus dos principales abridores Vladimir Baños y Erlys Casanova, mostraron la poca profundidad del pitcheo capitalino, pues prácticamente no hubo relevo eficaz. Esto refuerza la idea de que debía haberse pedido otro lanzador en la segunda ronda de refuerzos. El contraste se sabía podía ser enorme, pues Camagüey demostró tener el mejor cuerpo de lanzadores del país.

En este sentido también falló el brazo más seguro de los Leones, el hombre que fue fundamental para que Industriales se colara en las semifinales, Andy Rodríguez, que apenas había tenido dos o tres malas salidas en la temporada. Sin él, había muy pocas posibilidades.

Errores en momentos clave. En general la defensa lució mucho mejor con Dayán García y Luis Vicente Mateo en el cuadro, pero el equipo, reflejo de lo sucedido la mayor parte de la segunda vuelta cometió pifias en momentos decisivos, muchas de ellas mentales, que costaron carreras y juegos.

Realmente no se en qué forma física se encontraba Yordanis Samón, pero el tener que utilizar a Cepeda en los jardines le restó calidad a la defensa a la tropa de Anglada, pues varios batazos por esa zona que con otro jugador eran fildeables, con el espirituano costaron carreras. Quizás el ejemplo más claro fue el jit de Santiago Torres que empató este último juego.

Lo cierto es que Camagüey fue capaz de hacer en cada momento lo que los desafíos pedían: cuando les falló el pitcheo, la ofensiva fue cruel; cuando los bates se durmieron, asumió el cuerpo de lanzadores, y durante la mayor parte del tiempo la defensa fue sólida, por ello merecieron la victoria.

En el otro encuentro de la jornada Matanzas puso la serie a su favor 2-1, al vencer a Las Tunas en otro cerrado choque 5×3.

(Tomado de Radio Coco)