El equipo Cuba de softball salió derrotado este lunes ante la escuadra de Estados Unidos 8-4, en la cuarta jornada de enfrentamientos de la Copa Mundial con cita en la ciudad neozelandesa de Auckland.
Con dos victorias en cuatro salidas y cuando apenas les resta un partido para concluir la fase clasificatoria, los antillanos la tienen difícil para adueñarse de una de las tres papeletas disponibles para pasar a la superrronda del torneo, y su única posibilidad será vencer a los anfitriones, uno de los favoritos con una vitrina en casa donde guardan siete trofeos de campeones mundiales.
Con el tradicional ímpetu caribeño y la motivación de haberlos vencido en la discusión de la medalla de bronce en el panamericano de este año en Paraná, la tropa de Leonardo Cárdenas salió sin complejos a la arcilla del Rosedale Park ante los pentacampeones del orbe, pero no era día de sorpresas por aquellas lejanas tierras.
Los norteños venían dispuestos a tomar venganza e hicieron sonar en dos ocasiones la registradora en el mismo capítulo de apertura frente al caballo de batalla Alain Román. Dos boletos, un cohete al centro del terreno de Erick Ochoa, y par de movimientos ilegales en el círculo de lanzamientos, se mezclaron para romper el celofán que cubría el home-plate.
Los nuestros reaccionaron en el tercer inning y rayaron dos veces la pizarra para empatar el juego. Luis Domínguez sonó cohete al right, Yesander Rodriguez lo trajo a casa con un tubey a lo profundo del jardín central para sacar del box al abridor Jon Michael Gwizdala, y Miguel Savigne lo remolcó con imparable ante un envío del relevista Javier Caballero.
La alegría en la banca de los visitantes duró bien poco. La defensa se desplomó en el cierre de ese episodio, Román continuó regalando pasaportes de libre tránsito (llegó a 16 en el torneo), y los norteamericanos tiraron un camión de arena encima de las esperanzas criollas al fabricar cuatro anotaciones letales.
Dos errores, tres bases por bolas, y dos sencillos, entre ellos uno de Zachary Shaw que empujó dos, completaron el mazo demoledor.
Los optimistas que aún quedaban dispersos por las gradas recibieron otro golpe en el final del cuarto, cuando Jonathan Lynch desapareció la esférica por encima de los colchones con un compañero en bases, y mandó a las duchas al serpentinero cubano.
Por los nacionales Yesander se fue de 4-4 en la jornada para elevar su promedio ofensivo a 615 Ave, Savigne de 4-2 con dos remolques, y Osvaldo Pérez disparó un cuadrangular solitario en cuatro turnos, cuando ya el fuego de sus adversarios era inextinguible.
La victoria fue a la cuenta de Caballero al lanzar 1.2 entradas en blanco aunque permitió tres indiscutibles, y Bradley Kilpatrick se anotó el salvamento después de trabajar los últimos tres capítulos con dos limpias a sus récords y tres ponches recetados.
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