Los capitalinos alistan una estocada a la pandemia en estos meses de verano, sabiendo que las armas deben combinarse: por un lado, el proceso de intervención sanitaria masiva y, por el otro, intensificar el cumplimiento de medidas higiénicas, sanitarias y de bioseguridad.

Todos coinciden en que la COVID-19 puede permanecer entre nosotros aún por largo tiempo, pero reducir al mínimo los niveles de contagio depende de la disciplina en el distanciamiento físico y social, del uso del nasobuco, de ser más estrictos en los hogares, centros laborales e instituciones sociales con el acatamiento de las orientaciones para cortar la transmisión.

No hacemos nada si en la vía pública tratamos de comportarnos civilizadamente ante una enfermedad muy virulenta y con altos niveles de mortalidad, pero resquebrajamos normas dentro de las casas, recibimos visitas sin la debida protección, exponemos a los ancianos, a los niños, incluso a bebés.

Cada vez crece la cantidad de infantes y adolescentes infectados. Tampoco es buena señal si en un colectivo laboral o centro social donde permanecen personas vulnerables, una violación del protocolo provoca que alguna de ellas sea contagiada.

Las autoridades de La Habana insisten en las reuniones del Grupo Temporal de Trabajo (GTT) de la provincia y los municipios en el rigor, disciplina, conciencia y alta responsabilidad que debe asumir cada capitalino en esta etapa. Cuando existe un foco de transmisión autóctona o abren un evento en una zona donde creció la infección, es para que eviten entrar y salir los vecinos, les acerquen alimentos y renglones esenciales de la forma establecida, se aíslen de manera rápida aquellos casos positivos y sus contactos.

Si alguien presenta algún síntoma catarral, diarreico o febril es imprescindible que acuda al médico cuanto antes, que nunca oculte su sintomatología y evite ir a trabajar. Son normas que aprendimos en un año y tres meses de enfrentamiento a una pandemia, la cual demostró que mientras más ágiles seamos en combatirla, tendremos mayores posibilidades de éxito. Las fiestas deben ser aplazadas, las playas deben esperar; es momento de vivir, producir, aportar, aprender; pero bajo las restricciones que impone la COVID-19. Es la única forma de salvarnos.

Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en La Habana, argumentó sobre la necesidad de tener más camas listas para, en la mayor brevedad posible, atender a personas que luego de rebasar la pandemia y ya son negativas, continúan con afectaciones originadas por otras patologías, las cuales deben ser curadas en instituciones especializadas.

Aseguró que la urgencia de la misión es para salvar la vida de esos pacientes y descongestionar salas de hospitales. Al respecto, Reinaldo García Zapata, Gobernador de la ciudad, precisó que las autoridades de Salud deben responder al esfuerzo realizado por varios organismos, con una gestión más ágil en el traslado de esos enfermos.

El proceso de intervención sanitaria marcha de forma exitosa. Los municipios que iniciaron, La Habana del Este, Regla, Guanabacoa y San Miguel del Padrón, ganaron experiencias y transitan exitosamente por la aplicación de la segunda dosis a sus habitantes. Al mismo tiempo, se incorporaron Arroyo Naranjo, Boyeros y Cotorro, a la vez que el resto de los territorios lo harán a partir de la segunda mitad de este mes.

Otras acciones a priorizar están relacionadas con la promoción del trabajo a distancia, como parte de las medidas de distanciamiento.

Más de 80 300 capitalinos están incorporados a esa modalidad, número que es superior en 10 000 personas al último cierre realizado, pero que debe seguir creciendo a medida que las entidades sostienen despachos al respecto con la dirección provincial de Trabajo y Seguridad Social, dijo su director en la ciudad, Arián Piñero Álvarez.

En un combate a fondo, nunca habrá brecha para el cansancio y el pueblo de la Isla está acostumbrado a la pelea; pero la unidad, coherencia, sistematicidad y disciplina deben auxiliarnos como escudos y espadas imprescindibles en esta estocada de verano a la COVID-19.

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