Todo el mundo, dentro de Cuba y otra buena parte fuera de ella, habla o conoce del Hotel K23, ese que ahora mismo se levanta frente a Coppelia y el cual con sus 44 pisos (42 por encima del nivel del terreno y otros subterráneos), clasifica como el edificio más alto de la Isla, ya tan emblemático como la heladería misma. 

Sin embargo, pocos conocen que el diseño del inmueble corrió a cargo de uno de los arquitectos de la Empresa de Diseño Ciudad Habana (DCH), una entidad que, subordinada a la administración local, fue creada para asumir –en este mismo ámbito- los proyectos de obras no tan ambiciosas, pero gracias al empeño y empuje de sus profesionales ahora liderar los trabajos de mesa de los edificios más altos que se construyen en la Isla.

Tampoco es de dominio público que crecer 154 metros para dar albergue a 565 habitaciones y otras muchas instalaciones, en el caso del nuevo gigante de hormigón, estructuras metálicas y cristal, supuso asumir algunas importantes y novedosas técnicas, que representaban soluciones a la oscilación en los niveles más altos y mayor firmeza, en materia de cimentación, con lo cual no solo queda certificada la seguridad del edificio sino que también significó la reducción de casi 300 m de longitud, en 126 pilotes, con ahorro de materiales y combustible.

Y la respuesta a tales retos y otros de menor envergadura corrieron a cargo de otros especialistas también de DCH, los ingenieros Alfredo Ledón y Alejandro Silva, quienes la recogieron en una ponencia, presentada en el evento de base del Fórum de Ciencia y Técnica, con muy buena acogida por parte de los participantes.

Un total de ocho trabajos fueron evaluados en la cita, todos de alto impacto e incluso algunos, con una mirada más allá del ámbito puramente constructivo, como el Reglamento para el pago adicional por rendimiento, elaborado por las licenciadas Marlen Quintero y Ana Fombellina, además de la ingeniera Idalmis Roca, a partir de lo que dice la ley, atemperada a las condiciones y características de DCH, en función de estimular el rendimiento productivo, la calidad y la estabilidad de los recursos humanos, con el añadido de que es aplicable a otras empresas de proyectos.

Foto: Elías Argudín

Gracias a la labor de Noel Martínez, Alina Arce y Betsy Machado, un trío de dos arquitectas y una ingeniera, la capital será, junto a Matanzas (Varadero) y Holguín, la tercera provincia del país con una Casa de los Beatles, que nacerá de la remodelación de la muy deteriorada casona de la esquina de Calzada y 12, como una instalación extrahotelera, que en todas sus áreas de servicios (Centro Nocturno, Bar-café y lobby) evocará desde la música y el ambiente, al flamante cuarteto de Liverpool.

Los profesionales de DCH siguen apostando al rescate de emblemáticos edificios, con diferentes grados de protección atendiendo a su valor patrimonial. Es el caso de las propuestas para devolverle el esplendor al edificio de Prado No. 609 -a cargo de las arquitectas Odelaisy Dyett, Idolis León y Olivia González-,  y también al Hostal Porto Bello, de estilo Neoclásico y ubicado en el Centro Histórico de Regla, justo frente al parque preferido por los habitantes de la localidad. El diseño lleva la firma del arquitecto Osviel Carrillo, toda una institución, que ha dejado su impronta en la remodelación del edificio de 12 y 23, el Proyecto Italia, a lo largo de la calle Galiano, también el Hotel K23, y otros.

Foto: Elías Argudín

Atendiendo al estado del fondo habitacional de la capital, unido al crecimiento acelerado de la demanda de un techo, por buena parte de sus pobladores, el joven arquitecto Norlín García, presentó la idea de un conjunto de cuatro edificios de viviendas, con el sistema de moldes metálicos (Forsa), para emplear en zonas urbanas de la ciudad, con tipología de manzana compacta.  

La esquina de San Rafael y Hospital, en las inmediaciones del Parque Trillo,  es el sitio seleccionado para el emplazamiento. El proyecto sugiere un método que es ideal en una localidad con un fondo habitacional muy precario y alta densidad poblacional, y donde además  abundan espacios, que por sus características ningún otro emprendimiento resultaría mejor. Algunas áreas de las plantas bajas serán dedicadas a instalaciones de servicios.

Y como Norlín, pese a su corta edad, también es ingeniero, participó con otra ponencia de su autoría: Una metodología de diseño de un sistema fotovoltaico para conjuntos habitacionales, de este tipo y asimismo de otros.

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