Hay hombres que asumen su profesión como un sentido de la vida, y el Teniente Roilan es uno de ellos.
Este joven modesto narra sus experiencias como miembro de la Brigada de Patrullas de la Dirección General de la Policía Nacional Revolucionaria (DGPNR), con tal humildad que pareciera sencilla su tarea.
A sus escasos 30 años de vida ya tiene mucho que contar. Nuestro entrevistado es aquel que meses atrás recuperó en minutos una motorina a una víctima de un robo y capturó al autor.
Es el mismo combatiente que semanas atrás puso en alto el nombre de la PNR, al rechazar la oferta de 200 000 pesos para prevaricar ante la ocurrencia de un hecho delictivo, y ahora pone en práctica su pericia para otra buena captura en defensa del pueblo.
Nos relata que "circulaba por las proximidades de la presa Ejército Rebelde, en la capital, cuando observo un camión estatal parqueado y su chófer trasteando de forma sospechosa en la puerta trasera del furgón de carga.
Ante lo apreciado, le indico al chófer del carro patrullero continuar la marcha y regresar con discreción con las luces apagadas para inspeccionar el lugar”. Hecha esta operación sorprendieron a los malhechores con las manos en la masa como dice el refrán popular.
Resultó que era un vehículo destinado a la canasta básica de la población, en el que su chófer y dos ayudantes se encontraban extrayendo postas de pollos del interior de las cajas para su beneficio personal.
"Lo triste, plantea nuestro patrullero, es como uno recibe una educación siempre en busca de la racionalidad en la actuación, porque tuve prácticamente que mandarlo a callar, debido a que me estaba diciendo que por qué no nos podíamos de acuerdo y ahí, si el mal iba a ser mayor .Entonces los trasladé para la estación y formulé la denuncia como corresponde en estos casos".
Con la nobleza, de un guajirito humilde, pero la chispa de un cubano bravo, el teniente Roilan lleva con orgullo en su pecho la condición "Elogio a la Virtud" y en su haber la Distinción Por el Servicio Distinguido en el Ministerio del Interior, pero el reconocimiento que más le enorgullece es que ha prestado servicios de vigilancia y patrullaje en varios municipios capitalinos, y con sus resultados de trabajo se siente importante al servicio del pueblo.
Ver además:
Aplausos. Un ejemplo a imitar.