Uno de los problemas que más enfada a la población, en estos momentos de pandemia, es la presencia de coleros en aquellos lugares donde se expenden productos de primera necesidad. Estas personas, con su accionar inescrupuloso, copan los primeros lugares en las colas, con la finalidad expresa de obtener ganancias a costa del sudor del pueblo.

Teniendo en cuenta el daño y el malestar que tal accionar causa en la población, desde el pasado lunes 3 de agosto en la ciudad comenzaron a funcionar los grupos de Lucha Contra Coleros (LCC). Tribuna de La Habana brinda hoy a sus lectores un acercamiento a cómo se ha comportado el enfrentamiento a estas personas en el municipio de Cotorro. Con tal fin, conversamos con Irene Abreu Izquierdo, Coordinadora de Programa y Objetivo para la Fiscalización y Control del Gobierno en ese municipio, quien se encuentra al frente de la LCC en ese territorio habanero.

Desde el día 3 comenzó el accionar de los grupos de LCC que funcionan en los 21 centros existentes en el Cotorro. En estos grupos se encuentran incluidos los Comité de Defesa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), además de la administración de cada una de esas unidades”.

Berbi Romero, Daisy Hernández e Irene Abreu, están conscientes de la importancia de su quehacer en el enfrentamiento a los coleros Foto: Oscar Alvarez Delgado

Abreu Izquierdo explica que acometen la modelación de observancia para la identificación de los coleros que existen en el municipio, así como de los acaparadores y revendedores, y tras ser identificados se procede a su traslado hacia las unidades de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR(. Igual tratamiento reciben quienes se han detectado vendiendo tickets, además de accionar con personas que hacen colas de noche.

Agrega que las colas deben hacerse presencialmente, por lo que no se puede marcar para más personas. Al respecto explica que “no se puede marcar para 5, 10 ó 15 personas. Si usted lo hace, se le considera como un colero. Cuando detectamos personal haciendo colas a las tres, cuatro o cinco de la mañana, informamos a la policía, quien acciona de inmediato sobre ella”

Abreu Izquierdo explica que el sistema Portero, mediante el cual se escanea el carné de identidad de los compradores, permite saber quién ha adquirido con anterioridad un determinado producto, y por ende no debe volver a pasar hasta transcurrida una semana como mínimo, pues el escáner lo detecta.

Aunque esa medida no le impide si usted, por ejemplo, hoy compró pollo y mañana sacan aceite, adquirir esa nueva mercancía, pues el escáner identifica a partir del producto comprado. Sin embargo, en caso de usted querer aceite, y existir pollo en el establecimiento (poniendo el caso compró el pollo hace menos de una semana), se le permite adquirir el aceite, y no así el pollo.

Pese a la concentración de personas, a las 7:45 a.m. cada cual en la cola sabía detrás de quien iba Foto: Oscar Alvarez Delgado

Acerca de los revendedores, explica la funcionaria del Gobierno del Cotorro que en este periodo se detectó uno en la tienda La Favorita, el cual fue trasladado a la unidad de la PNR, donde se le dio curso al procedimiento penal establecido.

Agrega que en el caso de los coleros descubiertos, no se ha detectado la reincidencia de ninguna. Más, las funciones del escáner van más allá del control de las colas, pues mediante este sistema también se puede conocer los deudores de la Oficina Nacion al de la Admin istración Tributaria (ONAT) y de multas.

“Esas personas –explica Abreu Izquierdo- una vez detectadas, se trasladan a la PNR donde se hace una acción de apercibimiento, posterior a lo cual regresan a efectuar su compra”.

La Federación en acción

Entre los integrantes de la LCC en el territorio se encuentra Daisy Hernández Domínguez, Organizadora Municipal de la FMC en el Cotorro. Ella califica lo vivido en estos días de enfrentamiento a los coleros como “una experiencia buena, mediante la cual contribuimos a acabar con los acaparadores y con las personas que se dedican a hacer colas para después vender los turnos en beneficio propio”.

“Para la organización de las colas contamos con el apoyo de los miembros del Ministerio del Interior, quienes son los encargados de escanear el carnet. A la par a esa acción, con el fin de una mejor organización, el grupo entrega un ticket, el cual está en coincidencia con la cantidad del producto de mayor existencia en la unidad”.

Satisfacción por la compra realizada Foto: Oscar Alvarez Delgado

Los trabajadores presentes

Berbi Romero Sánchez, Jefe de Grupo de la LCC del rápido Centro Cotorro, perteneciente al Complejo CIMEX refiere que la misión que tienen es organizar y controlar que cada persona tenga acceso al centro para comprar artículos de primera necesidad y detectar a quienes se dedican al negocio ilícito, los coleros, y a quienes marcan para varias personas, impidiendo a otras personas con necesidad acceder a esos productos.

Los miembros del grupo LCC comienzan su trabajo a partir de las 8:00 a.m., “con el fin de velar que la cola se respete, y que cada persona mantenga las medidas sanitarias establecidas”. Sobre algunas situaciones que se les han presentado, nos comenta “muchas personas marcan a las cuatro, cinco de la mañana, y se retiran del lugar, aun cuando por las máximas autoridades se indicó que esto no se puede hacer. Cuando llegan las 8:30, que es la hora de organizar la cola existen dos, tres colas diferentes, cuando lo orientado es que sea una sola”.

“En esos casos, los jefes de grupo determinamos, junto al colectivo de trabajo, romper esas colas, las cuales impiden una organización correcta, empezando una nueva, por orden de llegada. Muchas personas entienden esta situación, pero otras no valoran el sacrificio que está haciendo el país porque de manera más equitativa, la población pueda acceder a los productos.

La población que no vea este sistema de trabajo como el enemigo público, sino como quienes pueden hacer posible que cada persona, un día más que otro, pueda acceder a un producto determinado, sin tener el temor de levantarse a las 4:00 a.m., porque otros sin escrúpulos se dedican a marcar para más de uno”

La población opina

Julio Eduardo nos refiere todo ha transitado con naturalidad en la cola Foto: Oscar Alvarez Delgado

A Julio Eduardo Díaz Acosta, entre los primeros en pasar a comprar, le asaltamos grabadora en mano apenas acabado de realizar su compra. Para él, actor-comediante-musical de un proyecto de la Agencia RTV Comercial, la cola “está bastante ordenada, se está colaborando con el orden público, y no he visto ningún problema”.

Díaz Acosta refiere se incorporó a la cola a las 5:30 de la mañana, siendo de los primeros, a pesar de los indisciplinados que quisieron romper el orden y estima es una medida que debe mantenerse.

Con Kirenia Silva, quien es ama de casa, hablamos antes de que comprara, ella nos explica que llegó sobre las 7:00 a.m., y ha visto una buena organización, aun cuando “hay personas que se ponen un poco indisciplinadas, pero los encargados de la organización, con el apoyo de la Policía, han hecho un buen trabajo”. Antes de entrar a realizar su compra nos reiteró que esta lucha contra los coleros es “lo mejor que nos ha pasado, porque si no, no podríamos comprar nada”.

Mas, como todo sistema que inicia, aun tiene puntos que mejorar. No faltan quienes dicen que en otras unidades del territorio no se realiza el trabajo con igual calidad, lo cual debe ser motivo de seguimiento por parte de las autoridades competentes. Pero, aun cuando eso sea cierto, y las colas nos quiten a muchos los deseos de adquirir aquellos productos que necesitamos, la verdad es que estas medidas han venido para facilitar la vida de muchos al atajar, de forma certera, las indisciplinas de unos pocos.