Acela Cabrera López, vecina de calle Hidalgo, No. 624 entre San Pedro y Lombillo, escribe a la sección planteando que: “Hace unos meses a mi hija le midieron la vista en el Hospital Docente Manuel Fajardo; la especialista le comunicó debía usar espejuelos con una graduación de + 0,50.

“Vivimos justo al lado de una óptica, en la misma calle Hidalgo, sin embargo, la ausencia de estos cristales (y en ocasiones armaduras) pone en peligro la vigencia de la receta médica (un año).

“Recientemente mi hija acudió a dicha óptica, para su sorpresa había armaduras, pero no se la vendieron porque es obligatorio comprar el producto “completo”, es decir, armaduras y cristales. Esta medida me parece acertada, sobre todo si de esa manera se frena un poco la venta “liberada” de espejuelos en la calle.

“Hemos ido a varias ópticas y la respuesta es la misma: esos cristales no los tenemos o entraron un buchito y ya se acabaron, debe regresar el mes que viene para ver si entran.

“Entre mes y mes se irá el año y mi hija tendrá que volver a perder un día de trabajo para realizarse el mismo procedimiento médico. La “caza” de cristales y armaduras es realmente desgastante.

“¿Cuesta tanto trabajo buscar una estrategia que solucione esta situación? Yo propongo que en las mismas ópticas, en coordinación con las instituciones pertinentes, se haga una especie de listado que recoja los datos personales de los pacientes y sus necesidades, de manera que, cuando los cristales lleguen a las distintas instalaciones médicas, sean avisados. Pienso es una manera efectiva de –intentar– solucionar el problema; ahorraría tiempo al paciente de ir –en vano– a las ópticas”. 

SIN SERVICIO

La vecina del edificio 44 C entre 76 y 78, Villa Panamericana, municipio de La Habana del Este, Olga Lidia Hernández escribe: “(…) Tenemos días sin que nos entre agua a los pisos altos y hasta ahora no se resuelve el problema. (…) Llamo diariamente a Aguas de La Habana del municipio, al Poder Popular y al Acueducto de roturas e incidencias sin resultado alguno.

“Es característico –y sabido– que los edificios de esta zona no tengan cisternas. (…) El agua debe subir por gravedad cuando la ponen, pero hace varios días los vecinos de los pisos altos no contamos con el servicio.